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Por la Calle del Medio, Barinas: una mirada crítica desde una perspectiva Kantiana.

Rubén Fariñas 

El actual momento político que vive el país, que sobrevive en una especie de orfandad ideológica, donde los extremos “se tocan”, y la polarización reinante es una muestra del profundo vacío teórico de la falta de proyectos de la clase dirigente, y de la banalización del sujeto y el ciudadano como “carne de cañón electoral”, nos remite a la búsqueda de una razón más profunda para intentar hacer una crítica constructiva (de esas que el Chavismo a veces odia), y la oposición ignora al punto de no limitarse siquiera a leerlas. Sin embargo en ejercicio de una visión muy personal, a mi modo de ver las cosas: 
En “Razón y pasión en el discurso político latinoamericano (A propósito de Michael Oakeshott)” de Nelson Acosta Espinosa, el autor explora el autoritarismo como figura edulcorante del discurso populista de la primera oleada del Socialismo del siglo XXI, que a juicio de este servidor terminó con la expulsión del Frente Sandinista de Liberación Nacional de la Internacional Socialista en 2018 y cuya nueva fase está en pleno desarrollo con la profundas reformas que ejecuta el Presidente Nicolás Maduro en pleno 2022. 
En medio de un escenario vendido como altamente favorable para el chavismo, quien gana una mayoría irreductible en las Gobernaciones, hay una realidad local. Tenemos  ejemplos como  el caso de Mérida (donde el chavismo sólo tiene 2 Alcaldías) y Barinas (donde  las perdieron casi todas), esta realidad contrasta mucho con la idea de que prevalece la hegemonía del accionar político del PSUV, pero también es mentira que minúsculos grupúsculos como la autodenominada Alianza Popular Revolucionaria, encabezada por el claustro estalinista que representa el PCV, la punta de su retórica vertical leninista, representen el sentir de las mayorías en la izquierda nacional y en el venezolano promedio.
 Electoralmente, el PSUV es mayoría quizás “circunstancial”, pero lo es. La figura de la “unidad perfecta”, es difícilmente alcanzable para un G4 que muestra evidentes fracturas en torno a la nefasta figura de un gobierno “interino”. La posible gran verdad, es que el ciudadano común requiere soluciones a problemas puntuales y cada día le importa menos de quién vengan. 

Perder Barinas
Immanuel Kant fue un filósofo alemán, el primero y más importante representante del “criticismo” y precursor del idealismo alemán.  En la primera parte de la Crítica de la razón pura, la estética trascendental, Kant analiza la primera facultad que interviene en el proceso de conocimiento: la sensibilidad. Gracias a esta facultad podemos construir una representación de la realidad, es decir, percibir el mundo.Para Kant, la sensibilidad es como una ventana que permite al sujeto ver el mundo, aunque al mismo tiempo nos condiciona a verlo de una manera determinada.
Barinas es el punto más sensible para el discurso político en Venezuela, para el Chavismo es perder la “Cuna de la Revolución”, una ventana al culto a la personalidad de Hugo Chávez, y trae consigo una muy evidente nueva etapa al no lograr vender un discurso y una figura de tan alto impacto público como un ex canciller, pero frente a su realidad, esa sensibilidad en la lógica Kantiana es particularmente subjetiva y se condiciona a la manera “chavista” de entender el mundo (para ellos). 
Barinas y su alto costo simbólico, puede traer consigo nuevas reformas en el seno de una organización política, que llegó a unos niveles de popularidad exorbitantes, y que hicieron ver el modelo socialista como “posible a través del voto”. Hoy derrotada (en Barinas) como ha demostrado la historia,  como cuando por poner un ejemplo incómodo (para algunos), Daniel Ortega le entrega la Presidencia a Violeta Chamorro, en pleno ejercicio democrático del Sandinismo en Nicaragua. 
Para el antichavismo envalentonado, Barinas es el inicio de la posible transformación “por la vía electoral”, que han defenestrado durante años, y en la misma medida que construyen el posible discurso de un revocatorio, desestiman quizás por falta de tacto, la gran capacidad movilizadora (a veces acosadora) del Chavismo, además del alto costo que han pagado al no acompañar a las bases populares y los barrios, donde el Chavismo tiene años invirtiendo gran parte de todo su capital social y político, alcanzando las más grandes victorias electorales en la historia republicana de Venezuela. 
Sobre la necesaria y posible coexistencia
Parafraseando a Kant: Nadie me puede obligar a ser feliz a su modo (tal como él se imagina el bienestar de otros hombres), sino que es lícito a cada uno buscar su felicidad por el camino que mejor le parezca, siempre y cuando no cause perjuicio a la libertad de los demás para pretender un fin semejante, libertad que puede coexistir con la libertad de todos según una posible ley universal (esto es, coexistir con ese derecho del otro). 

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